Peeling

Los peeling faciales pueden ser divididos en:

Superficial

Cuya acción es en la epidermis.

Medio

Cuya acción es en la dermis papilar.

Profundo

Cuya acción es en la dermis reticular.

Tipos de Peeling

Dependiendo de la alteración clínica, indicaremos un peeling u otro.

Peeling Químico

Indicados para mejorar la textura de la piel. Consiste en la aplicación sobre la piel de ácidos que logran la renovación de ciertas capas de la epidermis y/o dermis. En los días posteriores es normal una descamación variable en intensidad y duración en función del tipo de peeling.

El objetivo del peeling es promover una renovación celular de la capa más profunda a la superficie, combatiendo así el envejecimiento celular, con ello conseguimos un aspecto más joven, mejorando el tono, la textura de la piel, manchas y atenuando arrugas.

Peeling para el Acné

Consiste en unos preparados químicos que se utilizan como técnica de exfoliación. Produce una estimulación del colágeno y una mejora de la calidad de la piel y favorece la multiplicación de las células de la epidermis. El resultado es una piel más lisa, suave y brillante. El tratamiento se puede repetir cada dos meses.

Se aplican los agentes químicos sobre la piel para eliminar todas las células muertas y para estimular la producción de células nuevas. El tiempo  de tratamiento es de aproximadamente 1 hora.

Peeling Despigmentante

Este tipo de técnica consiste en una exfoliación fuerte de la piel con fines estéticos y terapéuticos. Se trata de un peeling químico que produce epidermolisis y recambio cutáneo. Mejora los problemas cutáneos de pigmentación irregular, cicatrices de acné, pieles dañadas por el sol, manchas de la vejez, pecas, reduce las arrugas y restaura la piel confiriéndola un aspecto más juvenil.

Se realiza a base de una combinación de ácidos a base de ácido retinoico, ácido kójico, hidroquinona y dexametasona. Actúa de forma paulatina mediante descamaciones repetitivas consiguiendo una despigmentación de la piel que elimina las manchas solares.

Se aplica el tratamiento sobre la zona a tratar para que la piel pigmentada se descame poco a poco de forma uniforme y progresiva, eliminando así las manchas de origen melánico. La dermis descamada consigue renovarse y regenerarse, recupera su tersura y luminosidad. Su mejoría comienza a apreciarse en apenas unos días posteriores a la aplicación del tratamiento.

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